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Según el folklore japonés, la (cruel y espeluznante) manera de crear un Inugami o espíritu-perro familiar es la que sigue:
Se debe enterrar a un perro hasta el cuello, y colocar comida y agua a una distancia cercana, pero no lo suficiente como para que pueda alcanzarla. Cuando, después de un largo tiempo de sufrimiento y agonía, el animal está a punto de fallecer, enloquecido por alucinaciones, se le debe dar muerte y cortar la cabeza. Posteriormente, ésta debe enterrarse en una calle especialmente ruidosa y bulliciosa. Pasado un tiempo, la cabeza - o la cabeza y el cuerpo, según otras versiones - debe ser colocada en un santuario preparado al efecto. A partir de ese momento, el Inugami puede ser invocado. Existen otros medios igualmente salvajes para dar vida a estas criaturas, pero no vamos a explayarnos.
La creación del Inugami es considerado un acto de magia negra, si bien el uso de estos espíritus-perro podía proporcionar buena fortuna y riqueza a sus osados invocadores; aunque, sobre todo, era usado como instrumento sobrenatural para venganzas, asesinatos y otros actos de maldad. Los Inugami podían poseer a los seres humanos, a los cuales terminaba volviendo locos, y hacían uso de amplios conocimientos nigrománticos. Y no es de extrañar, visto el horrible proceso de creación de este ser, que lo llevaba a acumular dentro de sí gran cantidad de odio, rabia y furia, convirtiéndolo en una criatura peligrosa, incluso para sus dueños, contra los que podía llegar a rebelarse.
Estos, los dueños, tradicionalmente, son conocidos como los inugami-mochi, y eran considerados tabú o paria, quizá una clase de burakumin, debido a los rituales y creencias antedichos; y esto, según parece, llevaba - y lleva, aún actualmente - a las familias que iban a organizar un matrimonio a consultar el árbol genealógico del cónyuge, para evitar presencia de estos "compañeros del Dios-perro". Igualmente, los inugami-mochi generalmente solían buscar matrimonio entre otras familias de la misma condición. Como siempre, no está claro si eso de que eran dueños de un espíritu demoníaco y que practicaban artes oscuras - y por tanto, impuros - era la causa de su rechazo, o si no era más que la excusa que se ponían los demás para poder discriminarlos sin cargo de conciencia...
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