Unos bocetillos, inspirados en la obra del genial y singular Diego de Silva y Velázquez, pintor de cámara del rey Felipe IV (alias, el pasmado)... Aunque bien es cierto que, habiéndolo tomado en gran estima, el propio rey terminó elevándolo a la categoría de aposentador real - merced gracias a la cual podía ganar un poco más que los sueldos que cobraba como pintor - e incluso, con su regia influencia, consiguió saltarse las leyes de pureza de sangre que imperaban en la rígida España de la época, y pudo ser elevado a la categoría de hidalgo, e ingresar en la influyente Orden de Santiago. Podría pensar uno que el amigo Diego era un poco arribista, pero tampoco va a ser cosa de echárselo en cara, que su obra compensaba de sobras su afán de ennoblecer su nombre y su casa. Además, que siendo como era el mejor pintor de su época, tampoco se puede decir que pisase ningún cuello para alcanzar tan altas dignidades, tanto como se estila hoy día (bueno, y en la cainita Iberia se ha estilado casi desde siempre).
Don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares, valido del rey
(inspirado, más o menos, en este retrato)
Felipe IV de Austria, penúltimo de los reyes de esta casa que reinó en España, ligeramente inspirado en este retrato; lo cierto es que me ha salido más parecido al actor Gabino Diego, que lo interpretó en la estupenda película El Rey Pasmado (1991), basada a su vez en la aún más estupenda novela Crónica del Rey Pasmado, de Gonzalo Torrente Ballester.
Y, cómo no, el propio Velázquez - tengo que reconocer que el tema restratístico no se me da nada bien, pero bueno, ahí queda...
Por cierto, que estos personajes históricos fueron más o menos contemporáneos de otro que también he bocetado...
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