Pese a que la mayoría de las recientes producciones literarias, fílmicas y televisivas están haciendo un flaco favor al arquetipo literario del vampiro, la fascinación por su figura siniestra y que mezcla a partes iguales eros y tánatos perdura en el maltrecho subconsciente colectivo.
Por ello, nuestro Viejo Coyote, que se deja llevar en ocasiones por los vaivenes caprichosos de ese subconsciente, a veces garrapatea en el folio su peculiar acercamiento al fenómeno vampírico...
La versión de Drácula que más ha pervivido en el imaginario colectivo, la que interpretó Bela Lugosi en el film de 1931 de Tod Browning
Fallido intento de plasmar la siguiente iteración del vampiro de los Cárpatos, interpretada por Christopher Lee en 1958, en 1966 y alguna posterior
Una versión estandarizada del vampiro, a partir de la imagen que impuso el amigo Bela...
Homenaje al Conde Orlock, aparecido en los albores de la cinematografía en el film Nosferatu: eine Symphonie des Grauens, de 1922, así como en Nosferatu: Phantom der Nacht, de 1979, por el inclasificable Werner Herzog, y un poco de forma espúrea, en Shadow of the Vampire, del 2000.
Un par de acercamientos a la figura histórica de Vlad Draculea (o "hijo del Dragón"), conocido como"el empalador" o Vlad Tepes; aunque se asegura que Bram Stoker se basó en él - y en su supuesta leyenda negra - para crear a su Dracula, en la novela lo diferencia explícitamente del líder rumano.