Aunque el Viejo Coyote es consciente del agravio comparativo, a la hora de antropomorfizar personajes animalescos - entiéndase, el agravio es a los animales, que no tienen la culpa de que los comparen con los seres humanos -, no es menos consciente de las posibilidades que la antropomorfización proporciona, pues en muchas ocasiones puede ser espejo de la humanidad: ¿qué son, si no perros rastreros, las fuerzas de seguridad al servicio del poder establecido? ¿Qué, si no ávidos buitres, chacales y hienas, los banqueros, usureros y prestamistas que se aprovechan de la desgracia ajena? ¿Qué, si no toda clase de alimañas y parásitos, la clase política casi al completo? Sígase así sucesivamente...
Por ello, y como decimos, al Viejo Coyote, de cuando en cuando, le resulta más fácil plasmar ciertos caracteres bajo la forma animal y estereotipada, de modo que damos a luz la primera de unas cuantas entregas de animales antropomorfizados... Enjoy it!